Gangsta
Gangsta

Hasta hace poco, no era exactamente un gran objetivo entre su sirviente y las películas de Adil & Bilall. El dúo siempre se las arregló para ponerse en el punto de mira, con su alhier de mierda y su mierda allí, pero cualquiera que mirara de cerca su trabajo veía un debut torpe (‘Imagen’) y una película metropolitana sobrevalorada (‘Negro’). Pero ahora que hemos visto’Patser’ de las llamas de lona directamente a través de nuestras retinas de mente abierta y corazón palpitante, podemos decir que estamos realmente impresionados. Por primera vez, Adil & Bilall están a la altura de las expectativas, demostrando que han dominado el oficio hasta las fibras más profundas, y están haciendo cine. Tan pronto como vemos a Adamo (Matteo Simoni) con su gorra de Gucci salir del ascensor en ese bloque de ‘t Kiel, estamos – whám – lanzados a un viaje sin parangón, un paseo imparable del que salpican las chispas. Igualar’Patser’ con’Scarface’ o’Goodfellas’ sería ridículo, pero el inexorable schwung, el ritmo impecable, el alcance de la historia -que va de Amberes a Colombia, de Marruecos a Marruecos y de vuelta- y su sentido del color local, que hace que casi huelas el durum mexicano, te recuerdan a una epopeya gangsterilera de De Palma of Scorsese.
