Cómprame un revolver
Cómprame un revolver

Este mundo, al que se dirige la mirada infantil de Cómprame un revólver, está marcado por una brutalidad extrema: En un México distópico sin fecha que está completamente controlado por los carteles de la droga, Huck vive con su padre en medio del desierto. En esta sociedad violenta hay una aguda (y nunca declarada) escasez de mujeres, y las pocas niñas que aún existen están constantemente en peligro de ser secuestradas por los cárteles – razón por la cual Huck sólo se atreve a salir vestida como un niño y también esconde su cara, seguramente, sobre todo detrás de una máscara. Cordón crea así una realidad alternativa que, sin embargo, está sólo un poco alejada de la escalada de violencia y fragilidad de las estructuras estatales en México en la actualidad.
